Euroliga jornada 24
El Real Madrid ganó al Maccabi (106-101), en un festival anotador, pero le dio demasiadas oportunidades al equipo israelita, que pensó a ratos que podría romper por primera vez la resistencia en el WiZink Center, en el que permanece invicto en la Euroliga, un fortín que nadie ha podido asaltar.
Daba la sensación de que era un partido que con la quinta marcha que le suele poner el equipo madridista a los minutos en los que necesita hacerse fuerte, le bastaría para que todos se marchasen tranquilos a casa después de un día más en la oficina. Pero esta vez el Real no echó gasolina súper, sino normal. Nadie apretó más de la cuenta, como suele suceder. Siempre aparece alguien que toma la responsabilidad, pero no ocurrió esta vez.
Después de un primer cuarto en el que estableció diferencias (29-18), nunca se desanimó el Maccabi, y con las defensas un tanto descuidadas, la anotación se disparó. Musa y Poirier fueron los más acertados del Madrid, pero en el conjunto visitante, Colson se fue hasta los 25 puntos y el exbaskonista Baldwin completó una magnífica segunda parte con 28 tantos. El estadounidense, de juego anárquico a veces, lideró al Maccabi, que en los últimos 10 minutos encadenó dos parciales (0-11 y 0-9) que metieron a fondo en el partido a su equipo. A 4,45 para el final, con un inquietante 100-98, y en el minuto final, después de un triple de Baldwin, ese 104-101 que tuvo que defender el Madrid pidiendo un tiempo muerto. Anotó Hezonja los dos tiros libres después de la falta a la desesperada de los macabeos, y ahí se terminó un partido entretenido, pero que a Chus Mateo no le gustó demasiado. “Hemos tratado de anotar más que ellos, pero podríamos haber cerrado antes, aplicándonos más en defensa”, analizó el entrenador del conjunto blanco.
Por su parte, el Baskonia, que en ningún momento del partido soñó con alcanzar al Bayern Múnich, y que solo cogió ventaja en el primer cuarto (10-11), supo seguir metido en el partido, y no cejar en el empeño, hasta que en los instantes finales encontró un resquicio y se metió. Fue gracias a un triple de Miller-Mcintyre (94-94) a falta de 3,7 segundos que metió a su equipo en la prórroga. Consiguió entonces meterse en la pelea y se puso por delante después de un triple de Marinkovic, pero a pesar de que no se rindió hasta la última jugada, el equipo vitoriano acusó demasiado la eliminación por faltas de Moneke y Howard en el tiempo adicional. Pese a todo, llegó a estar a un tiro de tres puntos para forzar otro alargue, pero el último lanzamiento forzado se perdió en el limbo. Ganaron los de Pablo Laso (112-109).
En Belgrado, el Valencia no tuvo opciones de ganar al Estrella Roja, que dominó de principio a fin para llevarse el partido (82-64). Jones, Inglis y Reuvers, que fueron los máximos anotadores del equipo de Mumbrú, se quedaron a la sombra de Nedovic, que con 27 puntos, y seis de siete triples, rompió a la defensa valenciana.
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