El fútbol tiene sus leyes y un almacén de tópicos. Como que un fallo clamoroso, desperdiciar una ocasión clara de gol, suele atraer una penitencia. El Almería lo experimentó pasados nada más que diez minutos de este partido que rivalizó en horario con la paella. Gonzalo Melero robó un balón en su campo, lo pasó a un compañero y salió a la carrera hacia la portería contraria. El Almería lo aprovechó para lanzar un contragolpe de manual que terminó con un pase al interior del área donde el propio Melero, al final ya de su esprint, mandó el balón a la grada cuando tenía toda la portería para él.
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Mamardashvili, Foulquier, Gayá, Cristhian Ibarguen, Cenk Özkacar, Diego López (Francisco Martinez, min. 61), Javi Guerra, Pepelu, Hugo Guillamón, Yaremchuk (Alberto Mari, min. 69) y Hugo Duro (Selim Amallah, min. 91)
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Luis Maximiano, César Montes (Iddrisu Baba, min. 33), Marc Pubill, Chumi (Marezi, min. 82), Álex Centelles, Sergio Arribas (Lucas Robertone, min. 82), Ramazani, Dion Lopy, Edgar González, Gonzalo Melero (Lozano, min. 61) y Leo Baptistao (Luka Romero, min. 61)
Goles 1-0 min. 13: Hugo Duro. 2-0 min. 23: Yaremchuk. 2-1 min. 49: Sergio Arribas.
Árbitro Alejandro Muñiz Ruiz
Tarjetas amarillas Yaremchuk (min. 23), Javi Guerra (min. 25), Álex Centelles (min. 60), Cristhian Ibarguen (min. 62), Edgar González (min. 64), Lozano (min. 71), Hugo Guillamón (min. 73), Lucas Robertone (min. 93) y Ramazani (min. 94)
El equipo de Gaizka Garitano, por una de esas leyes balompédicas, tardó cinco minutos en pagar este error garrafal. Diego López, un demonio para las defensas, un extremo que parece sacado de los tiempos del blanco y negro, arrancó por la banda derecha y enganchó un centro que Hugo Duro, mutado ya en ariete letal de la Liga, entre los diez mejores goleadores de la competición, convirtió en el 1-0. Ya van diez tantos del madrileño.
La primera mitad fue algo engañosa. El 2-0 desmerecía el atrevimiento del Almería. El colista tiene más colmillo de lo que dice la clasificación y lo demostró en esos 45 minutos con un par de ocasiones claras y un gol anulado porque el balón, como demostró el VAR, golpeó en la mano de Edgar. Su mayor problema está en los alrededores de Luis Maximiano, el hombre que guarda la portería más accesible de la Liga.
Garitano tuvo que meter a Baba por Montes y aprovechó para reestructurar el equipo y seguir buscando el área valencianista dándole el balón a Largie Ramazani. Aunque el incisivo jugador belga se topó con Foulquier, que se encuentra en estado de gracia. De esos jugadores inspirados vive un Valencia cada vez con menos recursos. Meriton y Peter Lim siguen desplumando su plantilla. El último en salir, aprovechando la ventana abierta al mercado de invierno, ha sido Gabriel Paulista, el central que había ensamblado a la perfección con Mosquera, el adolescente que se agigantaba a su sombra.
La afición se indigna y lo demostró nada más empezar el partido con cánticos hirientes contra Peter Lim y Miguel Ángel Corona, el director deportivo del club. Pero a Baraja no parecen afectarle las decisiones de la propiedad. El entrenador vallisoletano no se distrae y sigue enfocado en lo suyo, acechando Europa con un grupo de chavales al que ahora ha incorporado a Peter Federico, el único refuerzo que le han concedido. Pero el mejor fichaje de los últimos años llegó en verano con Pepelu. El centrocampista, que se cuida de manera obsesiva, que vigila hasta el color y el tono de las luces de su casa, es el líder del conjunto blanquinegro, un jugador con hechuras de equipo grande. Rubén Baraja construye cada jornada su once sobre el valenciano, su viga maestra.
El Almería demostró nada más empezar la segunda mitad que sí sabe hacer daño en ataque. El equipo de Garitano recortó distancias cuando Sergio Arribas marcó el 2-1 después de un precioso centro combado, salvando a los defensas, de Centelles. Ramazani tuvo el empate, pero Mosquera despejó el balón con Mamardashvili ya vencido. Diego López, el endemoniado Diego López, parecía haber sentenciado el partido cuando fue derribado dentro del área por Centelles, pero Pepelu, infalible hasta este sábado, mandó el balón al poste. El fallo parecía llevar al Valencia a esa ley del fútbol que antes le había beneficiado, pero el disparo de Ramazani, con todo a favor para empatar el partido, para hacer bueno el tópico, se fue desviado. El Almería, incapaz de ganar un partido, que apenas ha arañado seis empates en toda la temporada, se hunde un poco más al fondo de la clasificación.
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