Al actual presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, le preguntaron en una rueda de prensa en 2022 por qué admiraba tanto a Paul Volcker, su antecesor entre 1979 y 1987, lo resumió en una frase: “Tuvo el valor de hacer lo que creía que era lo correcto”. Powell tiene el reto de imitarle este año, pero haga lo que haga, será blanco de las críticas. En la primera reunión de política monetaria del año, demócratas y republicanos ya le han situado en el ojo del huracán político. En pleno año electoral, los demócratas quieren que baje los tipos cuanto antes. Enfrente, el probable candidato republicano, Donald Trump, le ha acusado de buscar la reelección del actual presidente, Joe Biden, y ha advertido que, si él vuelve a la Casa Blanca, no le renovará el mandato.
Powell asumió el cargo de presidente de la Reserva Federal en 2018 tras ser nombrado precisamente por Trump. Luego, en 2022, bajo la presidencia de Biden juró un segundo mandato, que vence en mayo de 2026. Pese a haberle elegido él mismo, Trump arremetió contra Powell ya en 2019 porque no bajaba los tipos tanto como él quería. No era en absoluto el primer inquilino de la Casa Blanca en enfrentarse el presidente de la Reserva Federal —hay toda una tradición al respecto—, pero sí el primero que lo hacía de forma tan abierta en varias décadas.
Con el estallido de la pandemia, Powell salió al rescate de la economía, inundando de liquidez el mercado y rebajando a cero los tipos de interés. Cuando la inflación empezó a subir con fuerza en 2021, ya con Biden en la Casa Blanca, la Reserva Federal se equivocó en su diagnóstico al pensar que sería transitoria. Luego, tuvo que acometer la subida de tipos más agresiva en cuatro décadas, dejando el precio del dinero al nivel más alto en casi 23 años.
Biden no solo renovó el mandato de Powell, sino que reconoció expresamente que el banco central es el principal protagonista de la lucha contra la inflación. Lo proclamó solemnemente en mayo de 2022 en un artículo en The Wall Street Journal: “Mi predecesor degradó a la Fed y los anteriores presidentes han tratado de influir en sus decisiones de forma inapropiada durante los periodos de inflación elevada. Yo no lo haré”, escribió. Y luego le trasladó ese mismo mensaje en persona.
Biden ha respetado su palabra, pero su partido no lo ha hecho. La semana pasada, antes de la reunión de política monetaria, varios congresistas demócratas escribieron a Powell para presionarle. La senadora por Massachusetts Elizabeth Warren y otros tres colegas demócratas (John Hickenlooper, de Colorado; Jacky Rosen, de Nevada, y Sheldon Whitehouse, de Rhode Island) le instaron a bajar los tipos para abaratar las hipotecas. “Mientras la Fed sopesa sus próximos pasos en el nuevo año, le instamos a considerar los efectos de sus decisiones sobre los tipos de interés en el mercado de la vivienda y a revertir las preocupantes subidas de tipos que han puesto la vivienda asequible fuera del alcance de demasiadas personas”, escribieron los senadores en una carta fechada el 28 de enero.
El presidente de la Comisión de Banca del Senado, el también demócrata Sherrod Brown, le escribió otra carta en el mismo sentido: “Cada vez es más evidente que la política monetaria restrictiva ya no es la herramienta adecuada para combatir la inflación, e insto a la Reserva Federal a que suavice la política monetaria a principios de este año”, le trasladó.
La Reserva Federal no solo no bajó los tipos el miércoles, sino que casi descartó que lo vaya a hacer en la próxima reunión, en marzo. Powell aseguró que necesita más confianza en que la inflación se encamina hacia el 2% de forma sostenible. La política monetaria está en un punto de inflexión. Tras la subida de los tipos de interés de más de cinco puntos en dos años, hasta el 5,25-5,50%, se espera que el precio del dinero baje 0,75 puntos este año.
Parte del mercado apostaba por una posible rebaja en marzo, precisamente para anticiparla lo suficiente con respecto a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Ahora, Bank of America espera tres rebajas trimestrales de 0,25 puntos, en junio, septiembre y diciembre. El calendario monetario y el electoral parecen en rumbo de colisión y a Trump no le gusta.
Un presidente “político”
En una entrevista emitida este domingo en Fox Business, al expresidente le preguntaron si creía que Powell iba a lograr el aterrizaje suave de la economía: “Creo que va a hacer algo para probablemente ayudar a los demócratas, si baja los tipos de interés”, contestó Trump. “A mí me parece que está intentando bajar los tipos de interés para que la gente salga elegida”, atacó luego sin base alguna. “Creo que es político”, dijo después. “¿Volvería a nombrar a Jay Powell?”, preguntó la entrevistadora. “No, no haría eso”, respondió Trump.
El expresidente sostiene que si la Bolsa está en máximos históricos es porque el mercado espera que él vuelva. El relato de la Reserva Federal choca de lleno con sus mensajes apocalípticos de que Estados Unidos no sobreviviría a otro mandato de Biden. “Llevamos dos años con una tasa de desempleo inferior al 4%. Eso no ocurría desde hace 50 años. Es un buen mercado laboral. Y hemos visto bajar la inflación. Ya hemos hablado de ello. Llevamos seis meses de buenos datos de inflación y esperamos que haya más. Es una buena situación. Seamos sinceros. Es una buena economía”, dijo Powell en la rueda de prensa del miércoles pasado.
En esa comparecencia, a Powell le mencionaron comentarios que habían hecho otros republicanos contra su renovación y le preguntaron si aspiraba a otro mandato. El presidente de la Reserva Federal, que este domingo ha cumplido 71 años y tendrá 73 años cuando expire su actual mandato, contestó: “No tengo una postura al respecto. No es algo en lo que esté centrado. Estamos centrados en hacer nuestro trabajo. Este año va a ser muy importante para la Fed y para la política monetaria, y todos estamos muy concentrados en hacer nuestro trabajo”.
En la rueda de prensa de diciembre ya tuvo que responder a la pregunta de qué peso tendrían los factores políticos en sus decisiones: “No pensamos en política. Pensamos en lo que es correcto para la economía. En cuanto empezamos a pensar en esas cosas, ya sabes, simplemente no podemos hacerlo. Tenemos que pensar qué es lo correcto. Haremos lo que creamos que es correcto para la economía cuando creamos que es el momento adecuado. Eso es lo que haremos siempre”. Como hizo Paul Volcker, le faltó añadir.
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