Un escáner para detectar droga con intenciones ocultas | España

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Un empresario ha sido detenido como máximo responsable de una organización que ha introducido casi dos toneladas de cocaína a través del puerto de Málaga. El hombre, propietario de una compañía de refrigeración de alimentos, había cedido a la Autoridad Portuaria un potente escáner para la detección de sustancias estupefacientes en mercancías. Ello le permitía decidir qué cargamentos se controlaban o no, siempre con la connivencia de un funcionario de Aduanas que también ha sido arrestado. La operación ha sido desarrollada en conjunto por Guardia Civil, Policía Nacional y Servicio de Vigilancia Aduanera, que han realizado otras 11 detenciones, la última este pasado lunes. La mayoría son familiares del empresario y varios de sus trabajadores. Seis están ya en prisión.

Propietario de una compañía dedicada al sector de las frutas y hortalizas refrigeradas, el principal cabecilla de esta tarama se había ofrecido a colaborar de manera altruista con los responsables portuarios y puso a su disposición un potente escáner que permitía detectar la presencia de droga entre los cargamentos llegados en contenedores al Puerto de Málaga. La tecnología estaba en las instalaciones de su empresa, en Mercamálaga, así que hasta allí se trasladaban las mercancías sospechosas para ser sometidas al control. En febrero del año pasado las fuerzas policiales intervinieron 611 kilos de cocaína ocultos entre bananas, procedentes de América del Sur, en la sede de esa misma empresa —dedicada al sector de las frutas y hortalizas refrigeradas— y empezó a sospechar. Por eso arrancaron una investigación para controlar los movimientos del empresario, así como los de sus familiares y otros actores habituales del tráfico de drogas.

Mientras avanzaban las pesquisas —realizadas por miembros de UDYCO Costa del Sol de la Policía Nacional, la EDOA de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria—, el escáner fue traslado hasta el puerto porque el responsable de la compañía consiguió una concesión pública para realizar los controles. Uno de sus empleados se trasladó también como encargado del control del dispositivo técnico, que manejaba a su antojo: analizaba las mercancías que consideraba y decidía no hacerlo con las que no les interesaba. Ya en junio los agentes de Guardia Civil, Policía Nacional y Aduanas intervinieron otros dos cargamentos de cocaína. Uno de 25 kilos y otro de 381 kilos, en ambos casos escondida entre piñas. Ahí decidieron arrestar al empresario, además del transportista que trasladaba la mercancía hasta las instalaciones de la empresa, donde intentaron extraer la droga. Dos meses después, en agosto, la Guardia Civil incautó en Granada otros 805 kilos procedentes del Puerto de Málaga, escondidos en el falso tabique de un contenedor.

Ahí arrancó la fase final de la operación —denominada Despedida-Adiós-Bragalia― con la identificación del resto de miembros de la organización, que fueron detenidos en la provincia de Málaga, salvo uno, que consiguió fugarse, y que ha sido detenido este lunes. En total hay 13 personas arrestadas y se han decomisado 1.822 kilos de cocaína. Los agentes también han practicado nueve registros en viviendas de Torremolinos, Sierra de Yeguas, Málaga y Guadix (Granada). La mayoría de los miembros de la trama eran familiares del empresario y trabajadores de su compañía, además de un funcionario de Aduanas. Se les imputan los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, revelación de secretos, cohecho y blanqueo de capitales. El caso está en manos del juzgado de Instrucción número 14 de Málaga, que ha decretado el ingreso en prisión provisional para seis de los detenidos.

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